En 1983 se
consiguió el reconocimiento de interés de los restos arqueológicos con la
declaración de Monumento Histórico-Artístico de carácter nacional. A
continuación en 1986, se realizaron las primeras actuaciones de restauración y
posteriormente ya en 1989 los primeros planteamientos de estudio, excavación y
restauración, tras las transferencias de cultura a la Comunidad Autónoma de la
Región de Murcia.
En 1993 se
realizó un análisis de las aguas que mostró una temperatura entre 26 y 45º
C, además que muestra unas aguas de salinidad
elevada con facies clorurada-sulfatada cálcico-magnésica, manteniendo la mayor
parte de los elementos físico-químicos de las aguas de los manantiales antiguos;
indicadas para los principales diagnósticos de reumatismo y artrosis, junto a
diversas afecciones óseas. Una vez utilizada en los Baños, el agua se destinaba
para el riego. Diferentes son las aguas del manantial de la Atalaya, que con
una temperatura de 19 º C corresponden a las llamadas Aguas Frías, con una
composición incluida dentro de las sulfurado-sódicas.
En cuanto a las
propiedades curativas de las aguas, se sabe que las aguas calientes son
relajantes, sedantes y combaten la fatiga muscular. En 1764, Gómez de Bedoya
aconsejaba el uso de las aguas curativas de Alhama para casos médicos de
parálisis histéricas, paraplejías y otras parálisis centrales, en artritis y
neuralgias diversas, tumores, sarnas, herpes, etc. indicaciones que
posteriormente fueron confirmadas por otros médicos.
Es muy interesante, además me trae buenos recuerdos de un trabajo que hice hace años sobre unas termas romanas.
ResponderEliminarGracias por comentar! Buenos recuerdos seguro que sí, gran trabajo nos quedó.
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