martes, 21 de enero de 2014

El edificio termal-medicinal

El edificio presenta una planta rectangular y se sitúa con un trazado perpendicular al manantial del Baño con orientación SE-NW, y se divide en dos salas longitudinales de diferentes dimensiones y cubiertas con bóveda de cañón. A esta construcción se le añaden una serie de habitaciones o estancias localizadas en los sectores oriental y occidental que reproducen el esquema lineal del baño romano. Esta distribución responde a una separación de ambientes para cada sexo manifestada tanto en las salas termo-medicinales como en las salas de tipo recreativo.

En ambas salas existía una entrada pequeña o recibidor que daba paso a las piscinas generales, dotadas de escalones para bajar a bañarse, y en las que cabían ocho personas en la pequeña y once en la grande, según señala José Mª del Castillo en 1848.

El agua del manantial penetraba en la piscina de la Sala I, a través de una mina horizontal de unos 18 metros de longitud excavada en los conglomerados del Cerro del Castillo y desde la misma mina de salida del manantial existía otra conducción para la piscina de la Sala II, donde el agua, una vez utilizada para el baño, salía por una canalización subterránea, de aparente construcción romana en su trazado inicial de sillares, y era conducida a una balsa o depósito fuera de la población.

En las bóvedas se localizan unos óculos cuya finalidad era la de conseguir un ambiente termal más idóneo, los óculos contaban con una tapadera superior que permitía abrirlos o cerrarlos para graduar la temperatura. Además de los huecos de la bóveda, existían también unas pequeñas aberturas de comunicación entre las dos salas que servían para poder disfrutar de un mismo ambiente salutífero.

Bóveda de la zona femenina. Detalle de los óculos. Fotografía propia



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